Con una extensión de casi dos hectáreas, el Jardín de Floridablanca se erige como un remanso de paz en pleno casco antiguo murciano. Frondosos y diversos árboles frutales aportan sombra y color al entorno. También crecen aquí magníficos ejemplares de ficus así como diversos arbustos ornamentales.
El parque cuenta con amplias zonas abiertas donde los vecinos pueden descansar y los niños jugar. No faltan bancos, fuentes y rincones que invitan al paseo tranquilo lejos del bullicio ciudadano. En el centro se alza un monumento en honor al ilustre Conde de Floridablanca, artífice de este verde proyecto.
Desde su creación en el siglo XVIII, el Jardín de Floridablanca ha sido un oasis muy apreciado por los murcianos. Es parte indispensable del paisaje y la idiosincrasia de El Carmen, uno de los barrios más típicos y castizos de la capital del Segura.
Entre la Alameda de Colón y la calle Princesa, Floridablanca es el escenario de buena parte de los fallecimientos investigados por Carol y Darío, en sus bancos varias personan han encontrado algo más que un remanso de paz en el ajetreo diario de la ciudad.
Nota:La imagen ha sido enlacada desde la web Wikipedia.
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